jueves, 11 de diciembre de 2014

La primera concesionaria de automóviles

En la historia del automóvil, la participación femenina fue indispensable, como vimos en la historia del primer viaje de larga distancia realizado por Bertha Benz.
Además de Bertha, también hubo otras mujeres pioneras en esta historia, aquí les contamos el rol imprescindible de Louise Sarazin.
Agradecemos la colaboración de María Laura Curzi en la traducción de este artículo publicado en la web de Daimler.


El primer viaje de larga distancia en un automóvil patentado por Benz —que también fue la primera gira promocional y la primera prueba de endurance en la historia automotriz— lo realizó una mujer: Bertha Benz. Y el avance para el nuevo invento revolucionario alemán se logró en Francia, gracias al espíritu emprendedor de otra mujer: Louise Sarazin.

Gottlieb Daimler confió en Louise Sarazin

El año 1888 también fue importante para el avance del automóvil en aspectos económicos, y de nuevo una mujer tuvo la participación mayoritaria. En ese año, Louise Sarazin se hizo cargo de las operaciones comerciales de Gottlieb Daimler en Francia, un país de tecnófilos que fue de los primeros en donde el nuevo vehículo revolucionario elevó el entusiasmo de la gente. Mientras Alemania miró con escepticismo su invento, en Francia el automóvil se dispuso a conquistar el mundo.

La historia del automóvil en Francia comenzó con la venta de motores de Daimler-Motoren-Gesellschaft; y la cordial relación entre Gottlieb Daimler y Edouard Sarazin, a quien el inventor alemán conocía de sus tiempos trabajaron para la compañía Deutz. El abogado parisino siguió las actividades de Daimler con cercano interés: Sarazin lo visitó cuando comenzó a experimentar en Cannstatt en el motor de combustible de alta velocidad y estaba emocionado con el invento. «Después de la colaboración inicial de Daimler y Maybach, Sarazin inmediatamente reconoció el significado de sus logros», escribió Friedrich Schildberger, sobre la historia del automóvil en Francia. Los dos hombres, que se llevaban bien, acordaron que Edouard Sarazin importaría los nuevos motores a Francia después de producidos. Con nada más que un apretón de manos, adquirió los derechos condicionales para vender todos los inventos futuros de Daimler en territorio francés y Gottlieb Daimler encontró el "socio distribuidor" que había estado buscando. Su trabajo era proteger las patentes de Daimler en el extranjero, sobretodo en Francia.

Por lo tanto, en 1887 Edouard Sarazin inició las conversaciones con el empresario Emile Levassor para construir motores Daimler en Francia. Ya se había familiarizado con Levassor, y su socio René Panhard, de la compañía Panhard & Levassor, en sus días de estudio en L’Ecole Centrale. Pero poco después Edouard Sarazin desarrolló una enfermedad en el riñón y murió el 24 de diciembre de 1887 a la edad de 47 años, antes de que las conversaciones se completaran.

En su lecho de muerte, le dio instrucciones a su esposa de que continuara su trabajo de propagar el invento de Daimler por toda Francia: «En nuestros intereses y por el bien de nuestros hijos, recomiendo que mantengas la conexión comercial con Daimler. Su invento es completamente confiable y tendrá futuro, en magnitud que no podemos comenzar a imaginar». Estas pueden no haber sido las palabras exactas, pero en cualquier caso Louise Sarazin le escribió a Gottlieb Daimler, ofreciéndole continuar el trabajo de su esposo en Francia. «Ahora buscará un nuevo representante en Francia», escribió en una carta.  «Pero como estoy familiarizada con todas las negociaciones que se realizaron hasta ahora y completamente informada de los detalles hasta el día de hoy, me dispongo a su servicio para ayudarlo con su trabajo hasta que encuentre un reemplazo adecuado de mi esposo».

En su respuesta, Gottlieb Daimler expresó primero su consternación por la muerte de su amigo, pero también respondió positivamente a la propuesta comercial de la señora Sarazin y aceptó «con entusiasmo». «En los temas comerciales, no tengo apuro de buscar un nuevo representante en París, y estoy contento de escuchar que usted está completamente familiarizada con nuestros temas comerciales y quiera asistirme. Acepto agradecido su oferta. En suma, percibo que usted cree en mi motor, igual a como lo hacía el señor Sarazin, y puedo entender bien que no quisiera ver los frutos del trabajo de su esposo pasar a otras manos. Con estas líneas, deseo decirle que espero que actúe como su esposo hubiese querido cuando le aseguró que permanecerá involucrada en el negocio, incluso si no puedo decirle exactamente como. De cualquier forma, no comenzaré nada en el futuro próximo sin primero buscar su consejo». Escribió el autor Friedrich Schildberger que era típico del instinto seguro de Daimler que claramente reconoció las habilidades excepcionales de esta mujer. Esto resultó en un acuerdo en que ella mantendría el negocio de la Daimler Motor Company bajo licencia en Francia. Como primer paso, Louise comisionó a la empresa Panhard & Levassor para fabricar motores Daimler, como había acordado su esposo antes de su muerte.

Sin embargo, a otros hombres les faltaba este instinto. Louise Sarazin primero tuvo que probar que podía aportar una contribución útil como mujer y mantener su parte como socia comercial. Pero no tenía pensado dejar que la rebajaran y probó ser altamente persuasiva en nombre de los nuevos motores y sus posibilidades de uso en vehículos privados.

Poco después, Emile Levassor contactó a la viuda para preguntarle si debía continuar y construir los motores bajo patente Daimler como había ordenado su esposo. Recibió la respuesta de continuar y en febrero de 1888 Louise Sarazin viajó a Cannstatt para ver de cerca el invento de Gottlieb Daimler. Estaba tan impresionada con la demostración que concluyó acuerdos obligatorios con el inventor alemán en la venta del automóvil Daimler en Francia. También se trajo a casa un motor monocilindro. Schildberger interpretó el encuentro así: «En general, viajó a casa con la convicción de que la actitud de Daimler y el estado de tecnología ofrecería la base necesaria de confianza para asegurar el éxito futuro». Agregó: «El hecho de que Daimler reconociera claramente los talentos excepcionales de esta mujer era indicación de lo confiable que eran sus instintos».

Adelante: Emile Lavassor y Emile Mayade. Atrás: Louise Sarazin-Levassor y René Panhard

Aunque la respuesta de Emile Levassor a los planes de Louise Sarazin fue inicialmente guardada, eventualmente consiguió infectarlo con entusiasmo. En octubre de 1888, viajaron juntos a Cannstatt y la visita probó ser un gran éxito: Emile Levassor y Gottlieb Daimler rápidamente se llevaron bien y en seguida desarrollaron una amistad cercana basada en el respeto mutuo.

Luego de la visita a Cannstatt con Emile Levassor, la señora Sarazin firmó contrato con Gottlieb Daimler, el 5 de febrero de 1889 en el que finalmente selló el ingreso del automóvil en Francia: según esto, Daimler recibiría el 12 por ciento del precio de compra de cada motor producido bajo licencia con Louise Sarazin, y le daba a ella el derecho de entregar las patentes Daimler a la empresa Panhard & Levassor por el 20 por ciento del precio, quedándose con el 8 por ciento para ella. La base de este acuerdo fue la suposición de que se vendería alrededor de 30 motores por año en Francia, un número que, sin embargo, no estaba ni cerca de ser alcanzado hasta 1891. «Estos acuerdos entre Gottlieb Daimler y la Sra. Sarazin por un lado, y entre la Señora Sarazin y Emile Levassor por el otro, pusieron la bases para toda la industria automotriz francesa», declaró una publicación conmemorativa de Daimler-Benz AG en 1950.


La Exposición Mundial en París

Los principales diseños de Daimler se mostraron en la Exposición Mundial en París entre mayo y octubre de 1889 y atrajeron un interés considerable. En consecuencia, el fabricante de bicicletas Peugeot empezó en el diseño automotriz usando motores Daimler de Panhard & Levassor. En el informe de la Exposición Mundial publicados en 1890, el motor de vehículos de alta velocidad Daimler se describió como «el diseño más notable».

Otros empresarios tuvieron la misma opinión. Después de la exhibición, los trabajos de otros ingenieros franceses se ofrecieron a usar las patentes bajo licencia Daimler. Pero Gottlieb Daimler mantuvo su palabra y permaneció fiel a su socia comercial. El 1º de noviembre de 1889 Daimler le dio a Louise Sarazin una garantía escrita de que solo ella tenía los derechos de comercializar las patentes en toda Francia y Bélgica, con la única condición de que los productos tuvieran el nombre Daimler.

Después de eso, la relación comercial entre la empresaria Louise Sarazin y el fabricante de autos Emile Levassor se profundizó y los acercó en el ámbito privado, y en consecuencia se casaron el 4 de mayo de 1890. Fue un golpe de suerte para Gottlieb Daimler que los fabricantes Panhard & Levassor, y la señora Sarazin-Levassor tuviesen la licencia Daimler en Francia. Los socios comerciales se encontraban regularmente para intercambiar ideas. En realidad fue Emile Levassor quien no perdió tiempo en producir los vehículos. Estaba convencido que la velocidad de los automóviles sería la mejor forma de publicidad de los motores Daimler. Estos probaron su enorme éxito en la primera carrera competitiva de la historia, realizada entre París y Rouen en julio de 1894: de 21 vehículos en la largada, 15 llegaron con éxito, y nueve de esos estaban equipados con motores Panhard-Levassor construidos bajo licencia Daimler; incluyendo un Benz de 3 caballos Vis-à-Vis. El éxito de la participación en las carreras también se veía como una razón para el grado de entusiasmo del automóvil en Francia, que en los primeros días era mucho mayor que en Alemania, el país de su invención.

Sin embargo, fue la velocidad del motor que finalmente también probó ser fatal para el marido de Louise Sarazin-Levassor. En la carrera París-Marsella-París en septiembre de 1896, Emile Levassor fue lanzado de su vehículo cerca de Avignon y quedó gravemente herido. Murió por las herida apenas seis meses después, el 14 de abril de 1897, a la edad de 54 años.

Hoy, Emile Levassor es conocido en Francia como el "padre del automóvil". Aunque la contribución que hizo su esposa al éxito del invento es frecuentemente ignorada. Pero esta empresaria fue la primera concesionaria Daimler en Francia, una mujer que creyó en el éxito del automóvil, que convenció a los excepticos del valor del revolucionario invento alemán y que presentó a Emile Levassor con Gottlieb Daimler. Esos fueron sus logros; y mientras no deben exagerarse, tampoco deben subestimarse.

Para enterarse de más historias y noticias sobre el automovilismo femenino, visiten nuestra página en Facebook, llamada MUJERES TUERCAS.

jueves, 4 de diciembre de 2014

El primer viaje en automovil de larga distancia: la Ruta Bertha Benz.

Nos vamos unos años hacia atrás, hasta fines del siglo XIX para hablar del viaje que hizo una mujer y transformó la industria automotriz.
Extraído de la página homenaje: http://www.bertha-benz.de/indexen.php
Agradecemos la traducción a María Laura Curzi.


El primer viaje de larga distancia en automóvil en la historia de la humanidad.


A comienzo de agosto de 1888 —lamentablemente, la fecha exacta ya no se conoce, aunque el 5 de agosto se menciona incorrectamente con frecuencia— Bertha Benz y sus hijos Richard y Eugen planeaban visitar a la madre de Bertha en Pforzheim como sorpresa.

Ella misma contó después: «Pero Carl nunca lo hubiese permitido. Así que, los dos chicos de 13 y 15 años y yo planeamos una verdadera conspiración. Nos fuimos temprano por la mañana y ya habíamos viajado un par de horas antes de que papa se despertara».

El vehículo que uso era el modelo Nº 3, en lugar del auto a motor patentado Nº 1 que es incorrectamente retratado tan seguido. La razón fue que el modelo Nº 3 tenía un asiento delantero adicional que daba bastante espacio para tres personas.

En ese tiempo, al Dr. Carl Benz ya le habían dado la patente por su invento, el automóvil, pero los potenciales clientes todavía mantenían muchas reservas porque hasta entonces, el automóvil solo había cubierto distancias muy cortas. Los diarios de Mannheim ya habían publicado informes sobre carruajes sin caballos, aunque no eran muy positivos. En ese momento, los automóviles Benz simplemente no se vendían.

Toda esta situación cambió abruptamente después del exitoso viaje realizado por Bertha Benz. La prensa ahora cubrió este evento en detalle, informes positivos, esta gran invención estaba en labios de todos, y el Dr. Carl Benz recibió invitaciones desde todo el mundo.

Bertha Benz contó más tarde: «Así que fui la primera en monstrar que el automóvil de "papi" también era bueno para distancias largas».

A cambio, Carl Benz tuvo que admitir: «Tenía mucho más coraje que yo, y se fue en un viaje decisivo para el desarrollo futuro del motor de carruajes».

~•~•~•~•~•~•~•~

La primera estación de servicio del mundo


Hoy, las dificultades que Bertha Benz tuvo que superar durante su primer viaje de larga distancia son difíciles de imaginar.

Después de todo, las calles en el sentido moderno no existían. En el campo, solo había senderos, muchos de los cuales tenían dos surcos profundos de las ruedas de los carros de caballos, con la rueda delantera del auto motorizado de tres ruedas saltando sobre el cesped de las patas de los caballos.

En las ciudades, la situación era un poco mejor, porque las grandes calles normalmente estaban pavimentadas.

Cuando hoy se viaja a algún lado, nuestro sistema de navegación GPS nos muestra la ubicación exacta y la distancia que todavía tenemos que recorrer. Aún sin el sistema GPS, es fácil encontrar nuestro camino por las señales viales que encontramos en todos lados.

¿Qué encontró Bertha Benz? ¡Nada! ¡No había ninguna señal víal! Los pocos cocheros locales que viajaban entre ciudades conocían el camino. Los pasajeros en los coches generalmente estaban ocupados agarrándose a algo, esperando el final del fastidioso viaje y apenas tenían alguna orientación por las ventanas. En ese tiempo, cuando la gente tenía que viajar distancias largas normalmente iban en tren.

Y exactamente esta fue la solución que la intrépida Bertha Benz descubrió para su problema. Con su automóvil, se fue junto a las vías del ferrocarril y no podía perderse de esa forma.

Carl Benz solo había podido estimar el consumo de combustible de su automóvil porque solo había manejado distancias cortas en caminos pavimentados. Pero había calculado malísimamente mal, porque dadas las condiciones del camino, el auto a motor necesitaba mucho combustible que tenía que ser recargado después de pocos kilómetros. Sin embargo, las estaciones de servicio todavía no existían, tampoco.

~•~•~•~•~•~•~•~

Reparaciones con una horquilla y una liga

Hoy, estamos acostumbrados a las pantallas del tablero de nuestro auto que nos muestra exactamente la condición técnica de nuestro vehículo y motor. Cuando se debe hacer el próximo servicio, bajo nivel de aceite, poca agua para limpiar el parabrisas, y así; en la mayoría de los casos todo se muestra incluso antes de que sea crítico.

¿Qué significa: Ajustar una mezcla más rica cuando se enciende el motor frío? Ajustar el punto de encendido, como se lo conoce en la aviación privada, hasta el máximo. Entonces, las cosas eran mucho más difíciles, y además, la mayoría era absolutamente nuevo.

Los primeros conductores tenían que tener una buena cantidad de conocimiento técnico, porque siempre algo necesitaba reparación. Las manos grasosas no eran la excepción sino que eran la regla.

Así que Bertha Benz y sus hijos manejaron de oído. Si la cadena se había estirado y ahora era bastante audible que saltaban los dientes individuales de los cambios, tenían que ir al herrero en Bruchsal que arreglaba la cadena.

Sin embargo, dos problemas graves pasaron en el medio del camino, así que esas herramientas "on board" tenían que usarse para reparar. Estas dos situaciones bastante dramáticas fueron descriptas más tarde, bastante tranquilamente, por Bertha Benz: «La primera vez, se tapó la salida de combustible; ahí resultó que mi horquilla fue útil. La segunda vez se rompió el encendido. Usé mi liga para arreglarlo».

Así que todos aquellos que ocasionalmente expresan sus dudas de las habilidades de manejo femeninas (típico comentario machista: ¡Mujer al volante!) deberían tomar nota del hecho de que no solo el primer viaje de larga distancia del mundo fue hecho por una mujer, sino que además Bertha Benz también tuvo excelente habilidades técnicas.


Cuando se trata de encontrar la categoría histórica correcta para el logro de Bertha Benz en el año 1888, debemos recordar que Finlandia fue el primer país en Europa en aprobar el sufragio femenino en 1906, Alemania en 1918, mientras que el semicantón suizo márcó el final de la clase en 1990.

El estado de Baden fue muy progresivo ya en ese momento, y en el año 1900 fue el primer estado alemán en admitir mujeres en la universidad, 12 años después del paseo histórico de Bertha Benz.

Sin embargo, Bertha Benz no solo pavimentó el camino para una nueva imagen de mujer, también demostró una capacidad que ya en 1888 no era común y ni siquiera es hoy. ¡Espíritu de equipo! En una entrevista que dio más tarde admitió sinceramente que sus hijos también habían manejado en parte de la ruta. El servicio de manejo durante los tres días que se quedaron en Pforzheim, en los que muchos ciudadanos estuvieron interesados en usar, fue organizado completamente por Eugen, su hijo de 15 años.

En su viaje de vuelta, tuvo que arreglar de nuevo su automóvil debido a todas las subidas y bajadas de las rutas entre Pforzheim y Bauschlott (Neulingen). Más tarde, ella misma escribió: «Nunca olvidaré en mi vida la parte de Pforzheim a Bauschlott. Porque en Bauschlott, el zapatero tuvo que amoldar el cuero nuevo para los bloques de freno, después que tuvimos que empujar el vehículo varias veces. Cuando salimos de Bauschlott, las cosas anduvieron relativamente tranquilas de nuevo hasta que llegamos a Bretten».

El nombre del zapatero era Karl Bitsch, y vivió en el edificio ubicado en lo que hoy es Pforzheimer Strasse 18; clavó el cuero en los bloques de freno para la corajuda mujer delante de la hostería "Adler".

Cuando hoy miramos atrás, los 126 años entre 1888 hasta 2014 parecen una eternidad. Sin embargo, no debemos olvidar que Bertha Benz solo murió en el año 1944, hace 70 años. Por esa razón, todavía vive hoy en Ladenburg un gran número de personas que la conoció personalmente.

Podemos imaginarnos que puede haber más informes de esos años, contando historias sobre el viaje realizado por Bertha Benz, que pasan de generación en generación en las familias a lo largo del camino.

~•~•~•~•~•~•~•~

Les compartimos el siguiente video, en inglés, sobre el viaje de Bertha Benz, realizado por Discovery Channel